Intercambio de Cartas
Eugenia Bear Sanz
El Tarot representa una síntesis de la ciencia oculta, pero es sobre todo, un objeto de meditación para captar leyes universales, no escritas, que desde siempre, se dice gobiernan al ser humano. Por otro lado, la creatividad representa para el hombre común, un proceso enigmático, ya que se tiene la creencia, de que en el proceso creativo, se conjugan una serie de habilidades pertenecientes a unos cuantos elegidos, denominados creativos. Las nuevas aportaciones en éste campo, arrojan datos interesantes, que hacen despertar al nuevo paradigma, que plantea la posibilidad de que cualquier ser humano puede ser creativo. Tanto en la creatividad como en el Tarot, para cada uno de nosotros hay ciertas leyes, que determinarán un pasado, un futuro y un porvenir lleno de expresiones creativas.
Existen leyes universales no escritas, que al parecer desde la muy nombrada y poco conocida pareja de Adán y Eva, de alguna manera gobiernan ciertos aconteceres del ser. De alguna manera parece cómodo el pensar ésto, ya que el hecho de enfrentar que el hombre es dueño de su destino, asusta a muchos de mi especie. En fín, detener el vagabundeo de la mete y buscar una matemática aplicada al absoluto, puede convertirse en una buena y sabia compañía. Y más exquisitamente cuando se trata de aplicarla buscando la creatividad.
Mucho se dice acerca de este tema, y concretamente encuentro que de creatividad, aún no se ha redactado más, que la introducción. Hay tanto por descubrir, como constelaciones puedan habitar el universo, o bien, como las posibilidades de las cartas del Tarot.
En uno de mis raros encuentros, conocí a un ser "sui generis". Su peculiaridad combinaba a la perfección con ese día de mi vida. Fueron 24 horas muy especiales; sugerían haber sido dictadas con faltas de otrografía. Como si Cronos, quisiera devorarme y arrebatarme de la madre Gea. Solitaria, decidí refugiarme en un lugar apartado, que me permitiera romper los hábitos que me conectaban una y otra vez, con los ya no funcionales caminos de solución al enigma que debía resolver. Sentada ante una mesa, sentí una presencia especial. Al volver la vista hacia un lado, vi como se pronto se difuminaba una silueta. Por el efecto de contra luz, parecía que brotaban de ella finos hilos de plata. Traté de afocar mi visión ya que apareció ante mí, como surgida de la nada. Imponente, como toda una puesta en escena de algún cuento de las mil y una noches.
El diminuto café, quedó súbitamente impregnado de colores, aromas y cascabeleo. La voz y su contenido sedujeron de inmediato mi intelecto, diciendo si, a las dos preguntas. ¿Quieres saber tu destino. Te leo el pasado, el futuro y el porvenir? Como si cuando todo quedara suspendido, fuera mi alma la que diera un paso adelante y buscara la conexión, que facilite una sintáxis al cúmulo de datos que en torbellino, nublaban la razón. Aderezada con un fondo musical de crótalos y violín, la gitana buscó entre la ropa que disfrazaba sus pechos, el mazo de cartas. En el arte el Tarot, -me dijo-, simplemente se recogen con la mayor naturalidad, el espíritu de las imágenes, de las informaciones, de las indicaciones y se registran instantáneamente para después traducirlas a las palabras y tu dirás si también a los hechos.
Desfiló entonces ante mí, todo un lenguaje simbólico, síntesis esotérica e histórica, dibujados en cada una de las sencillas cartas de cartón duro y desgastado por las muy probables cientos de consultas. Realmente no había esperado que mi búsqueda de nuevas formas de abordaje, terminara en una consulta del Tarot. De sus manos caían ante mi, combinaciones de arcanos mayores y menores, y supe que la muerte adivinada al derecho, es el símbolo de la transmutación de las fuerzas. Colocaba e interpretaba con fluidez y de repente el Enamorado se desenmascara ante mi intelecto como el símbolo del conflicto entre el bien y el mal. Me fué envolviendo la sensación de estar en un momento de aguda conexión con otras maneras elementos que quiere desarrollar, y es así como logra que surjan opciones cada vez más extensas. Como en las cartas, escribir en tarjetas aquellas ideas que se tienen, pero que quizás aún no logran conexión y dejándolas caer y tomar un orden propio, es una aproximación a la lectura creativa. Recrearse una y otra vez con este juego, multiplica las posibilidades. Pero esta conjugación de las ideas que se están trabajando, debe ser resguardada, evitando que intrusos o incrédulos, las contaminen con críticas que serán energías negativas que envenenan la auto confianza. El proyecto creativo, debe ser algo vivo, perfectamente sintonizado entre mente y espíritu. La carta del Prestidigitador, como símbolo de todos los principios, significa iniciativa, voluntad, actividad, confianza en sí mismo y autonomía. posiciones existenciales claras para el acceso al proceso creativo.
Y así es como se destapa la Papisa, o Isis, segundo arcano que representa la calma, el silencio y la concentración que aunados a la intuición, son los mejores aliados para la producción creativa. Cada persona adopta su propio sistema y procedimiento para conectarse con su yo creativo, pero para trabajar con mayor eficacia en las ideas, es necesario el estár "viendo hacia adentro", enlazados como en un baile íntimo, con nuestro ser interno. Recordemos siempre que el exterior y la cotidianidad, son muy automáticos y fácilmente nos alejan de la verdadera sapiencia.
Los creadores, son cazadores expertos. Intrépidos se acercan a beber el conocimiento. Aprenden tácticas, examinan las informaciones con una visión expandida, con un estado de conciencia más profundo. Como la Emperatriz, tercer arcano, están siempre un paso adelante de los demás, sagaces, eruditos en su disciplina, crean soluciones sin precedentes basados en su voluntad y decisión. El creativo parte de una incógnita, y la hace propia. Al apropiarse del dilema, lo personifica y le imprime la vitalidad necesaria para comprometerse con esfuerzo sin límite, a la obtención de lo buscado. Y por último, pero muy significativo, está el hecho de que a pesar de buscar una estructura inicial para trabajar con las ideas, el creativo puede sumergirse en un estado de ausencia de reglas, de espacio, de tiempo, de universo. Cercanos al acto creativo, debemos entonces dejar en completa libertad nuestra visualización. Libertad significa "ser" en una auténtica totalidad. Como en el simbolismo del arcano mayor del Juicio o el Angel, el creativo busca el renacimiento, la renovación, nuevas relaciones y un estado trascendente, con el respaldo de las espadas, como símbolos de acción y fuerza. El verdadero creador, no es entonces un ser improvisado, no importa el área en la cual se desempeña. No se conforma con hacer un algo diferente, es dinámico y busca el placer de ser el intérprete del espíritu de las imágenes, de las informaciones, de las indicaciones que nos regala el universo, al igual que la gitana, transforma lo intangible en un lenguaje compartible.
La gitana de profundas experiencias exhibidas por las líneas en el rostro y la diligencia en su lectura, la gitana de aquella tarde de café e hilaturas, me habló también de como con cada lectura, nace en ella una nueva visión, conformada por las conexiones entre lo eterno y lo actual, revolución efectuada con amor, ya que la fuerza creativa, es un intercambio de cartas, entre el universo y Yo.