Esta es la primera de una serie de "entradas" en este blog, que formarán los apuntes de una conferencia programada para finales de febrero de este año (2006).
Originalmente se me solicitó una conferencia sobre
Pensamiento crítico y sus aplicaciones en las diferentes disciplinas. El contenido de la conferencia podría ser muy similar al taller de Pensamiento Crítico que he venido compartiendo con mis colegas recientemente. Este taller es una introducción al pensamiento crítico en dónde se conocen y evalúan los elementos/procesos del pensamiento crítico. Así mismo, se comparten algunas guías para su desarrollo y se examinan algunas lecturas que ilustran proyectos de aplicación, implementación y evaluación del pensamiento crítico.
Sin embargo, creo que podría presentar algo que significara una mejor aportación: La relación entre pensamiento crítico, inteligencia y estados de fluidez.
Empezaré por la inteligencia, aunque no sé si finalmente esto sea el inicio de mi conferencia.
En general, cuando hablamos de inteligencia, hablamos de capacidades adaptativas. En alguna medida, esta visión es compartida por los no expertos en el estudio de la inteligencia. La visión popular de "alguien inteligente" normalmente hace referencia a alguien que es hábil para resolver problemas. La mayor parte de estas habilidades de resolución de problemas son de tipo lógico matemático y, a veces, verbal. Aunque también es cierto, por lo menos en México, que se dice que alguien es listo porque se "sale con la suya" y frecuentemente este "salirse con la suya" implica habilidad en el campo social.
No conozco una prueba de inteligencia convencional que mida esto último, y sin embargo, es muy probable que, en efecto, sí exista un buen nivel de inteligencia en esa persona "lista".
En la investigación científica de la inteligencia se han dado malos pasos y frecuentemente se han usado premisas poco claras. Sin lugar a dudas, parte del error está en los propios instrumentos de medición de la inteligencia.
Para poner un ejemplo de porqué digo malos pasos, citaré una pregunta que hago a mis estudiantes en mi clase de Pensamiento y Lenguaje, cuando me llega el turno de acabar a diestra y siniestra a los tests de inteligencia: ¿Para qué sirve una cama?, pregunto. Alguien dirá para dormir, alguno se pondrá creativo y dirá para dibujar, otro dirá para brincar, alguno esbozará alguna sonrisa y dirá que para co...mer, y quizá alguno diga que para acostarse. Bueno, la cuestión es que en un conocido instrumento que mide inteligencia viene esa pregunta y da 2 puntos si el que responde dice para acostarse, 1 punto para dormir o equivalentes, y si de plano la respuesta estuvo muy "creativa" pues cero puntos. La lógica de quienes desarrollaron el instrumento, que por supuesto contiene otros reactivos mejor logrados, es que acostarse es una clasificación más general que involucra a las otras opciones como dormir, leer, descansar, etc. Generalmente concluyo, que sin lugar a dudas esto demuestra que las respuestas en realidad dependen de la experiencia en la cama. Lo que generalmente produce risas, pero también reflexión sobre la utilidad de estos instrumentos y el sesgo cultural implícito.
La inteligencia no tiene que ver con lo que se haga en una cama -bueno, a veces sí-. ¿Qué es la inteligencia? Cito textual "Inteligencia es definida en términos de la habilidad para alcanzar el éxito en la vida en términos de los estándares individuales, dentro de un contexto sociocultural" (Sternberg, 2003)...
Esta definición es en el contexto de una nueva aproximación del estudio de la inteligencia planteada por Robert Sternberg. Sternberg, inicialmente sugirió una teoría triádica de la inteligencia. En ella planteaba que la inteligencia podía ser estudiada considerando tres inteligencias: a) Inteligencia componencial, b) inteligencia experiencial y c) inteligencia contextual.
Quizá en un exceso de resumen e interpretación podría decirse, de acuerdo al enfoque anterior, que la inteligencia debería ser vista a la luz del contexto en dónde ocurría, en función de las habilidades de la persona y de las capacidades de procesamiento de la información. Si fuera cierta mi interpretación, la consecuencia natural sería una definición como la que planteaba hace un momento que está dentro de lo que actualmente llama Sternberg, inteligencia exitosa...
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