En la entrada anterior, sobre
Inteligencia, Fluidez y Pensamiento Crítico, comentaba que el concepto de Inteligencia Exitosa es una consecuencia natural de la Teoría Tríadica de la Inteligencia , propuesta por Robert Sternberg. También definía la inteligencia como la habilidad para alcanzar el éxito en la vida en términos de los estándares individuales, dentro de un contexto sociocultural. Un sentido altamente adaptativo es fácilmente visto en esta definición.
El sentido adaptativo o bien la habilidad para alcanzar el éxito puede existir en tres dominios: En el trabajo analítico, en el trabajo creativo o en el trabajo práctico.
De acuerdo con Sternberg, es posible identificar tres formas o diferentes manifestaciones de la inteligencia. a) La inteligencia analítica que permite el comparar, contrastar, juzgar, evaluar y analizar. b) La inteligencia creativa que está en el proceso de descubrir, inventar, imaginar, suponer. c) La inteligencia práctica que es equivalente a usar, aprovechar, aplicar.
Inteligencia AnalíticaEs, en alguna medida la capacidad que nos ayuda a solucionar problemas. En este sentido se plantean 6 fases que suceden cuando alguien ejercita la inteligencia analítica: 1) Reconocimiento del problema. 2) Definición del problema. 3) Formulación de una estrategia de solución del problema. 4) Representación de la información. 5) Asignación de recursos. 6) Control y evaluación.
Reconocer un problema, se traduce en no esperar que los problemas nos rebasen y reconocer su existencia cuando aún se está en posibilidad de tener control para dar comienzo al proceso de resolución. Reconocer es fundamental en el proceso de solución. Para resolver hay que reconocer y aquí no se requiere mayor ciencia. Sabemos que se tiene un problema por que las cosas no funcionan como debieran, o las técnicas que producían un conjunto de resultados ahora producen otros menos adecuados, o bien algunas capacidades decaen o no resultan eficientes. Si estamos alerta a esto, entonces no necesitaremos esperar que los problemas nos golpeen la cabeza.
La segunda fase en un proceso de análisis es la definición del problema. Se sabe, que a mayor tiempo en clarificar con exactitud el problema, menor será el tiempo para resolverlo y mejor la calidad de la respuesta. El actuar sin precipitación es una actitud que nuestra sociocultura necesita potenciar. Es muy importante en la identificación del problema y también lo es en la formulación de estrategias de solución. Un formulación cuidadosa de la estrategia, centrada en una planificación a largo plazo resultará más poderosa que la búsqueda de la gratificación inmediata con pensamientos orientados al corto plazo. Si bien esto paro obvio la pregunta es ¿Estamos proporcionando experiencias de aprendizaje que conduzcan a nuestros estudiantes a ser mejores pensadores, que detengan las soluciones inmediatas en beneficio de soluciones que aunque más lejanas más garantizan un mejor futuro?
Por supuesto que no sólo necesitamos hacer que nuestros estudiantes sean planificadores capaces y eficientes, sino que tengan una excelente capacidad simbólica que les permita representar la información. Representar correctamente la información da la posibilidad real de resolver problemas, da el tipo de solución final. Por ello es necesario detenernos en el proceso educativo y atender las formas y procedimientos que realiza el estudiante al resolver un problema, para que en este atender podamos ayudarle a que represente lo más cuidadosamente posible la información acerca de un problema y se centre en utilizar efectivamente esa información.
¿Qué hace que unas personas sean más productivas con la información que poseen qué otras? La asignación de recursos. Esto es, decidir qué cantidades van en qué medida, en función del contexto, en función de la tarea, y en función de uno mismo. Tal asignación de recursos, intelectuales, de conducta o emocionales considera los riesgos, las recompensas, los beneficios en el corto y largo plazo.
Continuará...
Etiquetas: Inteligencia, Psicología